7:05 en la clínica de hemodiálisis es la hora en que los doctores pasan revisión, ven el expediente, verifican cuanta agua traemos (esto se sabe por el peso ganado entre una sesión y otra), checan que las máquinas estén bien programadas, que la presión arterial esté estable y evalúan los signos vitales. Los viernes casi siempre le toca revisarme al doctor pesimista: para él todos estamos a punto del infarto. Si me duele la fístula él dice que es porque pronto no va a servir y tendré que volver al catéter; si me baja un poco la presión jura que mis órganos van a empezar a colapsar.

Al principio cuando me regañaba por el agua que traía y me decía que el líquido se iba a ir a los pulmones y tendría riesgo de infarto, yo me asustaba muchísimo y entonces lo bombardeaba de preguntas que él contestaba pintando un panorama oscuro. Terminaba mi sesión y me sentía triste y débil. No obstante, poco a poco entendí que esa era su forma de ser y empecé a enfrentarlo, a defenderme de su pesimismo, claro que nuestra relación se fracturó, ahora ya no me dice nada, apenas me saluda, pero lo prefiero.

Lo que a mí me hubiese gustado que entendiera es que a veces cuando llegamos con mucha agua hay un factor de evasión, que los descuidos tienen que ver con un proceso de aceptación de esta nueva circunstancia y que el temor no es la mejor herramienta para hacernos entrar en razón. Sé que mi naturaleza cuestionadora puede ser incómoda, que no es muy común que los pacientes pregunten, analicen e investiguen. Pero yo me niego a permitir que la enfermedad me anule y, sobre todo, no me permitiré aceptar el pesimismo y el miedo de los otros.

Todos esos momentos desagradables con los doctores de hemodiálisis deberían servir para hacer una especie de decálogo de cosas que los doctores no pueden hacer mientras estás conectado:

  1. No permitir que amenacen diciendo cosas desagradables como que te vas a morir por tomar tanta agua.
  2. No pueden moverle a tu máquina sin informar que están haciendo si preguntas.
  3. No pueden modificar tu peso seco o tu tiempo sin informarte.
  4. Tienes derecho a saber cualquier modificación que hagan a tu tratamiento.

Son las que se me ocurren por ahora.