La voz de Anahí Soto, psicóloga y paciente en hemodiálisis, durante el 7º. Encuentro de la Alianza por la Salud Renal
Hola soy Anahí tengo 27 años y con 9 años de edad me diagnosticaron con enfermedad renal crónica, me dialice por 9 meses y a los 10 años mi mamá me donó un riñón, después de 10 años de trasplante tuve un rechazo de tipo humoral e inicié con hemodiálisis en 2017, narrar lo anterior me resulta sencillo pero recuerdo todos los procesos por los que he tenido que pasar desde los sociales en el tema de mi educación así como también los médicos, familiares y psicoemocionales y justo este tema de prevención me lleva a pensar en qué momento de mi vida comenzó a tener un lugar.
En 2021 entré a un taller pensado por Monse Linares y llevado a cabo por un trabajo en conjunto el cual tenía un enfoque sociológico y se llamó “Amo mis cicatrices… me descubro entera”, era un taller con perspectiva de género en donde todas las mujeres que lo conformabamos éramos pacientes renales en diversas etapas, en ese entonces recuerdo que yo tenía la creencia que comer sano no me ayudaba de mucho, el ejercicio y hábitos saludables no tenían un espacio en mi vida, para ser sincera, recuerdo tener la sensación de dejar que la enfermedad me consumiera.
En este taller no comenzamos viendo que hacíamos bien o que hacíamos mal, sino que comenzamos descubriendo quien éramos nosotras y a donde íbamos en nuestras vidas y en una sesión me pareció muy impactante la frase de decirle “sí a la vida” y allí comenzó a resonar en mí el tema de la prevención pues comencé a decirle “sí a la vida” y mi camino comenzó a expandirse, principalmente porque después de 16 años con el diagnóstico de ERC yo comenzaba a aceptar mi condición y este ACEPTAR no solo se quedaba en eso sino que llevaba consigo compromiso un compromiso conmigo, con mi vida y con mi entorno, tomé la decisión de iniciar tratamiento con una nutrióloga renal y pasé de pesar 35,500k a pesar 41,500 en seis meses de seguir una alimentación adecuada a mis requerimientos, también gracias a la fundación Mario Robles Ossio tuve una beca para conocer Trainsplant (una empresa maravillosa) especialistas en la actividad física en pacientes trasplantadas y trasplantados así como en terapia de remplazo y así esto me llevó a tomar mejores decisiones en cuestión de mi tratamiento médico y a elegir con libertad lo que me permitiría estar mejor en el futuro, pues no hay mejor prevención que aquella que se enseña con empatía, comprensión y sin juicios otorgando dignidad a la vida.
Todo esto me llevó a pensar que no tengo una vida difícil sino una vida diferente en donde mi día comienza a las 4am preparándome para ir a mi sesión de hemodiálisis, preparo una torta y un licuado energético que me mandó la nutrióloga en mi menú, suelo comer la torta antes de entrar a hemodiálisis y el licuado lo bebo 30 min antes de que me desconecten.
Si es un buen día respecto a mi sensación física llegó a casa a desayunar y posteriormente me acuesto y duermo dos horas para recuperarme, pero también hay días donde requiero detenerme y usar mis herramientas para que mi día sea cómodo y funcional para mi recuperación, en estos días me duele la cabeza y la mayoría de las veces vomito después de haber desayunado con mucho esfuerzo, me siento fatigada, entonces en estos días preparó una bebida caliente que se siente como un apapacho y permito que las personas cercanas a mí me brinden comida ligera y cuidados en la cama, también como herramienta que aprendí en el taller ya mencionado procuro tener una libreta cerca porque escribir me permite identificar los errores del pensamiento que estoy teniendo en ese momento y así puedo aliviar mi mente.
Dicho lo anterior, confío en que la psicología puede trabajar de la mano con la nefrología y otras ramas de la medicina para lograr la prevención en los grupos vulnerables que son más propensos a padecer ERC como lo son las personas con diabetes e hipertensión pues se puede tener una buena calidad de vida si las personas que lo padecen eligen de una manera bien informada brindándoles las herramientas necesarias para cuidar del bienestar que pueden conservar.
Gracias por estar al servicio de la vida.