Puente de vida
Esta historia está dando la vuelta al mundo —vía la dupla excelsa del Dr. PHD Michael A. Rees y el Dr. Alvin Roth, Premio Nobel de Economía— desde que la publicamos en abril pasado.
Esta historia está dando la vuelta al mundo —vía la dupla excelsa del Dr. PHD Michael A. Rees y el Dr. Alvin Roth, Premio Nobel de Economía— desde que la publicamos en abril pasado.
Los primeros días de septiembre, una mañana temprano recibí la llamada de Michael Rees, mi trasplantólogo, preguntando cómo estaba mi agenda para ir a Ginebra a conocer a Alvin Roth y hablar del programa de Global Kidney Exchange a su lado en Bruselas.
Marisol, Cuau, Joan y Pablo reunidos en Barcelona a finales de mayo de 2017, volcando sobre el papel las primeras ideas del proyecto.
Mientras esta conversación sucede quiero salir corriendo, irme a un universo paralelo donde alimentar la esperanza no traiga como contraparte el sabor agridulce de la desilusión.
Los médicos están acostumbrados a hablar con los familiares y lo que piensa y siente el paciente es información de segunda (claro excepto los buenos médicos) y eso me enoja mucho.
Sé que no soy un paciente fácil, tal vez ni siquiera un ser humano sencillo de entender, pero algo que me gusta y admiro de mi doctor Correa y creo que eso lo hace el mejor de los doctores, es esa capacidad de escuchar a su paciente, de verlo como un igual, con capacidad intelectual suficiente para aportar algo.
No sé qué hacer, quisiera explicarle al jefe de enfermeros que ese grito no es contra la enfermera, que entienda que el dolor nubla la razón, que más de una vez quisiéramos gritar ¡ya basta!
Supe que la insuficiencia había permeado mi vida cuando las sesiones de hemodiálisis invadieron mis sueños.
Y así es, ahora después de casi dos años del cambio de vida, esa atención al lenguaje de mi cuerpo me permite ponerme a salvo.
Ayer en la clínica, las enfermeras nos dieron dos pláticas: la primera enfocada en los derechos del paciente y otra acerca de la misión de Fresenius Medical Care.